Ya sea estando en la casa o de viaje, cuando acaba el año escolar, los padres quieren que sus hijos no se aburran. Surge la pregunta de si es necesario programarles actividades, de qué tipo y cómo hacerlo. Lo cierto es que los niños son, en mayor o menor medida, activos por naturaleza y, muchas veces, hay que dejar que ellos mismos distribuyan su tiempo, creen sus propios juegos y panoramas. Eso sí, es tarea de los adultos estar atentos, aprovechando de crear hábitos y potenciando habilidades.
Este período permite el descanso intelectual y, a la vez, la práctica lúdica de muchos de los contenidos trabajados durante el año escolar. Para eso es recomendable estar atentos, el ocio es sano e imprescindible, pero requiere de algunas pautas que permitan focalizarlo.
Cuando se acerca la Navidad, resulta inevitable comenzar a hablar de regalos. Junto con eso, también se hace presente el estrés y la ansiedad por cumplir expectativas a través de los obsequios. En ese panorama, merece la pena plantearse otra perspectiva respecto del “regalar” y el rol de aquello que entregamos.
Hablamos de este concepto cuando un alumno no alcanza el aprendizaje esperado según edad y nivel pedagógico. El porqué del problema puede tener muchos orígenes y entre los de mayor recurrencia figuran aquellos relacionados con trastornos de aprendizaje.
Se acerca diciembre y el término de clases. Las vacaciones están a la vuelta de la esquina y el cansancio de todo un año escolar se hace notar en profesores y alumnos. ¿Cómo enfrentar este período? Algunos consensos se detienen en el juego y la novedad, pero no es todo lo que hay que saber…
Entregar valores relacionados con el desarrollo y organización de la sociedad es clave para formar ciudadanos capaces de generar cambios históricos en temas tan importantes como el respeto por las diferencias sociales, políticas y culturales o el cuidado del medioambiente. También se trata de la manera en que se fortalece la democracia, incluso, cuando existen instancias que ponen a prueba a los gobernantes.
Conducir la interacción de los niños con los aparatos tecnológicos de buena manera es una responsabilidad de los padres, ya que desde pequeños los niños están expuestos a la tecnología y no es extraño verlos con toda clase de dispositivos electrónicos entre sus manos, algo que a juicio de expertos no es aconsejable, aun cuando se ‘celebra’ la habilidad que tienen para interactuar sin dificultades con tablets, smartphones y video juegos, entre otros.
Septiembre y Fiestas Patrias, tiempo de celebración y actividades en familia, de gratos momentos en torno a las costumbres más típicas del país, la mejor instancia para que los niños desarrollen la identidad nacional, el respeto y amor por la cultura chilena. Si estos valores se fomentan desde la casa y se fortalecen en la vida escolar, el resultado es -a futuro- ciudadanos más comprometidos.
Creada para fomentar la salud y frenar el aumento de la obesidad en Chile, la nueva norma que regula el etiquetado y publicidad de alimentos ‘invadió’ de alertas los productos en las góndolas de supermercados, informándonos cuando su composición tiene altos niveles de ciertos ingredientes. Su alcance llega directamente a la población infantil a través de la venta controlada en colegios, donde están prohibidos aquellos productos altos en azúcar, sodio, grasas saturadas y calorías. Pero esto es solo una parte de la tarea; la otra es responsabilidad de cada uno al momento de elegir qué comprar.
Todos lamentamos que las cosas no salgan como esperamos. Por ejemplo, si al perder un juego el niño expresa su malestar, se desanima y no quiere seguir participando, la reacción sería completamente normal, pero si cae en actitudes desmesuradas, agresividad, gritos, insultos o desinterés permanente por esa actividad, entonces, sí hay un problema, porque la frustración debe ser un estado breve. En este segundo caso, hay claves para trabajar.