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¿Qué hacer en vacaciones?

Ya sea estando en la casa o de viaje, cuando acaba el año escolar, los padres quieren que sus hijos no se aburran. Surge la pregunta de si es necesario programarles actividades, de qué tipo y cómo hacerlo. Lo cierto es que los niños son, en mayor o menor medida, activos por naturaleza y, muchas veces, hay que dejar que ellos mismos distribuyan su tiempo, creen sus propios juegos y panoramas. Eso sí, es tarea de los adultos estar atentos, aprovechando de crear hábitos y potenciando habilidades.

En vacaciones, los niños descansan de su rutina escolar y deberes del colegio. Descansar, en este caso, tiene que ver también con hacer cosas nuevas o diferentes respecto de lo que es común durante el resto del año.

“Los niños son muy activos por naturaleza y los adultos los hacemos hipoactivos cuando los situamos frente a un computador, un celular o un televisor. En sus vacaciones, ellos vienen de estar diez meses en un sistema que los pone, generalmente, pasivos dentro de una sala de clases, con rigidez de horario y postura. Por lo tanto, es el momento para que ellos liberen su hiperactividad normal”, dice Karen Wiedemann, profesora de ciencias en Colegio Trebulco y también sicóloga. Entonces, en opinión de la profesional, en este período los padres debieran proveer a sus hijos de recursos para que ellos planifiquen sus vacaciones y su tiempo libre. “Soy del pensamiento de que los niños sean los responsables de lo que hacen, dependiendo de sus edades y preferencias, por supuesto. Por ejemplo, si a mi hija de ocho años le doy una caja con palos de helado, glitter y otros materiales, le estoy dando herramientas para que ella cree lo que se le ocurra”, dice la educadora.

Claudia Chamorro, sicopedagoga y licenciada en Educación Diferencial, además de editora en Caligrafix, comenta que es relevante contemplar actividades de acuerdo con la edad de cada niño y sus intereses particulares. Recuerda la importancia de tener momentos de ocio y descanso, además: “La idea es que se aprovechen las vacaciones para hacer actividades nuevas o aquellas que más les gusten y mantengan la mente activa, continuando con el desarrollo de habilidades que permitan tener aprendizajes más sólidos y significativos, además de hacerlo en forma entretenida y lúdica”. Para sacar el mayor provecho a este período, la sicopedagoga recomienda considerar varios factores, por ejemplo, los tiempos en que los niños estarán en casa, con quién permanecerán y los amigos cercanos que tienen. También si hay panoramas extra fuera del hogar y cuánto tiempo estarán de viaje, en caso de que lo hubiese. “Lo importante es que lo que se realice sea variado y compartan con personas de manera activa y cercana”, complementa la educadora.

¿Tareas para cada día?

“Considerarlas sí, obligarlas no”, afirma Chamorro. La profesora dice que es importante que los niños tengan una amplia gama de opciones para elegir qué hacer, pero los adultos no podemos ser los que estemos siempre diciéndoles cómo entretenerse, ni tampoco tratar de mantenerlos ocupados todo el día o estar constantemente diciéndoles a qué dedicarse, ya que, por un lado, el niño sentirá que sigue cumpliendo obligaciones y no está disfrutando de su tiempo libre. Por otra parte, si actuamos así no permitiremos que desarrollen su autonomía y creatividad. Que ellos logren organizar su tiempo por cuenta propia es lo ideal. “Lo que podemos hacer es darles un conjunto de ideas y recomendarles lo que es mejor hacer por la mañana y lo que se prefiere hacer por las tardes, pero que ellos elijan. Lo recomendable es que sean actividades diversas que les permitan desarrollar distintas habilidades, ya sea artísticas, deportivas o intelectuales, y guiarlos para que organicen su tiempo, considerando momentos al aire libre y otros de descanso”, especifica.

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Los días libres son fundamentales, pues —una vez más— siempre será bueno dar espacio para que los niños tomen sus propias decisiones. “Esto permite desarrollar la autonomía, y la imaginación. Los niños tienen mucha energía y nunca están sin ‘hacer nada’, por lo tanto, es bueno dejar algún día de la semana sin ninguna tarea específica, para que sean ellos los que busquen qué hacer”, refuerza la educadora.

¿Y si se aburre? No pasa nada, esto es normal y necesario, dice Claudia Chamorro. Como se mencionó anteriormente, los niños están llenos de ganas de hacer cosas, por lo que un momento de aburrimiento puede ser beneficioso para que ellos se las ingenien en cómo combatir ese estado. Pueden idear maneras de entretenerse con elementos que tengan a la mano, inventar juegos, crear situaciones imaginarias, fabricar juguetes y descubrir su entorno. Esto desarrolla habilidades como la creatividad y la resolución de problemas, explica la profesional.

En la casa o para un viaje

Cuando es momento de organizar el período de vacaciones en la casa, lo ideal es conversar y planearlo en conjunto con los niños: “Preguntarles qué actividades les gustaría realizar durante el día, si hay algo que quisieran aprender o lugares cercanos que quisieran conocer”, recomienda Claudia Chamorro.

Y si se trata de organizar un viaje de vacaciones, independiente del destino donde se vaya, también es bueno hacer partícipes a los niños de su planificación. ¿Cómo? La educadora especifica: “Que averigüen las características y la ubicación de la zona donde irán, que vean cuánto tiempo de viaje es lo que se necesita para llegar a destino, qué tipo de ropa deben llevar, que piensen en juegos que pueden realizar durante el camino y los que podrían hacer allá. También es muy beneficioso que investiguen sitios cercanos posibles de visitar, por ejemplo, restaurantes típicos, lugares históricos, parques y zonas de entretención, entre otros. Estando en el sitio elegido, es ideal que se comente sobre la naturaleza y el clima característico de la zona, el estilo de vida de sus habitantes, lo distinto y parecido que es a su lugar de origen, etc. Todo esto, considerando siempre que este tipo de experiencias son fuente importante de aprendizaje”.

Ideas para llevar a cabo en vacaciones

Hablamos de actividades que desarrollen las habilidades y potencien capacidades, por supuesto, siempre que sean de interés para el niño. Ideal propiciar aquello que complemente el estar en casa y al aire libre, por ejemplo, ir al parque, salir a jugar con amigos, hacer deportes, etc.

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También es importante que desarrollen actividades de cooperación con la familia o tareas domésticas. Desde muy temprana edad —aconseja Claudia Chamorro— se deben generar hábitos de este tipo en el hogar para formar personas responsables y autónomas. El objetivo es hacerlos partícipes del mantenimiento del hogar, pidiendo su ayuda de acuerdo con la edad y capacidades. Hablamos de tareas como regar el jardín, poner la mesa, sacar la basura y ordenar sus propios juguetes.

Ahora bien, para entretenerse en la casa es importante contar con elementos como lápices de colores, pinceles y témperas, plasticina y revistas para recortar, entre otras cosas. Claudia Chamorro recomienda particularmente desarrollar:

  • Manualidades : porque estimulan la creatividad, desarrollan habilidades motrices y generan un producto final, lo que genera grandes satisfacciones. Más puntualmente, se propone jugar con plasticina, crear objetos con material reciclable, hacer accesorios de mostacilla o crear collage con recortes o fotografías.

  • Aspectos artísticos : aparte de potenciar la creatividad, desarrollan la percepción y discriminación visual y auditiva, además de la autoestima y el pensamiento abstracto. ¿Qué actividades tienen esta orientación? Aprender o perfeccionar el manejo de un instrumento musical, pintar un cuadro, hacer una figura de greda o aprender una coreografía.

  • Actividades físicas : con ellas se desarrolla la motricidad gruesa, la agilidad física y el trabajo en equipo. Van en la línea andar en bicicleta, en patines o skate, jugar a la pelota y correr. También zumba kids o yoga infantil.

  • Paseos : también es bueno que los niños conozcan, valoren y disfruten su entorno. Visitar lugares como parques, museos y bibliotecas, ir a ver una obra de teatro, hacer un picnic, son instancias de aprendizaje en que, además, se pueden compartir en familia.

  • Cuadernos de vacaciones : esto tiene que ver con llevar a cabo actividades que potencien el área cognitiva, fomentan la lectura, amplíen el vocabulario, potencien el pensamiento matemático y el uso del lenguaje. Un ejemplo es la colección Verano de aventuras , de editorial Caligrafix, que refuerza los aprendizajes vistos en el año y prepara a los niños para el siguiente curso, por medio de juegos y desafíos motivadores, de manera que aprender se vuelve algo entretenido y lúdico. ¿Qué actividades contempla un cuaderno de este tipo? Incluye sopas de letras, diferencias, juegos lógicos, geométricos, entre muchos otros.

  • Tiempo para lectura : es uno de los aspectos más importantes para el buen desarrollo intelectual. Claudia Chamorro afirma que es maravilloso cuando el niño entiende que la lectura no forma parte solo del trabajo que realiza en el colegio, sino también de la vida y de su aprendizaje permanente: “En vacaciones se debe aprovechar el ambiente más relajado en temas académicos, para generar el placer por la lectura y que sean los niños los que escojan qué quieren leer. Pueden ser revistas, cómics, cuentos, adivinanzas, etc. Lo importante es que cada día se destine un tiempo para esta actividad. Ideal es que además de leer, los niños puedan compartir y comentar la información con otras personas de la casa, que hagan preguntas al respecto o que expliquen en sus palabras lo que acaban de leer. Esto potencia el lenguaje y la comunicación, además de fortalecer los lazos familiares y las relaciones sociales”.

Talleres y escuelas de verano

Si está dentro de las posibilidades optar por un taller de verano, es muy buena alternativa, dice la sicopedagoga: “Existen algunos con actividades deportivas, artísticas y de exploración, entre otros. Lo primordial es que sea algo que al niño le guste y le motive. En estas instancias ellos socializan con pares, viven experiencias nuevas, conocen puntos de vista diferentes, expresan el suyo y comparten ideas. Pero es importante que estos talleres no les quiten todo el tiempo, ya que el niño debe desarrollar labores variadas que estimulen todo tipo de habilidades, además de tener tiempo para descansar y aburrirse”.

A juicio de Karen Wiedemann, la opción es recomendable, sobre todo, si los padres trabajan fuera de casa y, en su ausencia, los niños quedarán viendo televisión. “Entonces, obviamente, es mejor que asistan a un taller, se relacionen con otros y hagan actividades como natación, cocina, manualidades, deporte, etc.

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El objetivo es el desarrollo de las habilidades y creatividad del niño. Muchas municipalidades, a precios muy bajos y convenientes, tienen actividades y talleres lúdicos para ellos, de mañana y tarde. Y todos son buenos, porque, en primer lugar, los niños se relacionan con pares que no son los mismos que ven siempre”, comenta la profesional, quien enfatiza, además, en la importancia que es contemplar acciones promotoras de la actividad física, sobre todo considerando estadísticas gubernamentales, que afirman que hoy en Chile, uno de cada cuatro niños que asiste a primero básico muestra índices que lo clasifican dentro de la obesidad. Y si se a eso se suma el sobrepeso, se llega a la proporción de uno cada dos.

Paula Reyes Naranjo Periodista