

Comenzar cada ciclo estudiantil es una etapa de cambios y adaptaciones. Mientras algunos esperan con alegría reencontrarse con sus pares y maestros, otros pueden experimentar inquietud o temor ante la incertidumbre de un nuevo curso. En este contexto, el rol de los adultos es clave para brindar apoyo de esta naturaleza y ayudarlos a manejar sus sentimientos de forma saludable.
Para conocer las mejores estrategias para afrontar esta etapa, conversamos con la psicóloga Gabriela Cerna, Magíster en Psicología Educacional y orientadora del Andrée English School, quien comparte herramientas y consejos prácticos para hacer de este proceso una experiencia enriquecedora.
Los desafíos emocionales del regreso a clases
Cada niño reacciona de manera distinta al inicio del periodo escolar. Mientras algunos muestran entusiasmo por reencontrarse con sus amigos y aprender cosas nuevas, otros pueden sentirse inseguros por la separación de sus cuidadores o el temor a lo desconocido.
Según Gabriela Cerna, "la reacción de ellos depende de varios factores, como su temperamento o sus experiencias previas en el colegio. Quienes tienen mayor sensibilidad al cambio, son tímidos o han enfrentado dificultades académicas pueden sentir más ansiedad, mientras que aquellos con vivencias gratas o habilidades sociales desarrolladas suelen recibirlo con más entusiasmo".
Si bien es normal que en los primeros días surjan nervios, hay ciertos signos a los que conviene prestar atención, ya que pueden indicar un mayor nivel de este tipo de emociones. Cerna señala que "cada niña o niño es diferente y puede manifestarlo de distintas formas, pero algunos de los síntomas más comunes son dolores de estómago o cabeza, alteraciones en el apetito o el sueño, irritabilidad, llanto frecuente y resistencia a separarse de los padres".
Señales de ansiedad y cómo abordarlas
Es fundamental que los adultos estén atentos a ciertos indicadores en sus hijos. Entre los más frecuentes se encuentran:
Cambios en el sueño y la alimentación.
Dolores de estómago o cabeza sin causa aparente.
Irritabilidad o llanto recurrente.
Negativa a hablar sobre la escuela.
La psicóloga advierte que "si estos síntomas persisten durante varias semanas, interfieren con la rutina diaria o afectan el bienestar del estudiante, es recomendable buscar apoyo profesional".
Estrategias para un proceso escolar tranquilo
Para ayudar a los hijos a regularse y comenzar el ciclo lectivo con mayores confianza, la especialista recomienda:
Mantener rutinas estructuradas: establecer horarios regulares para el descanso y las comidas brinda estabilidad y bienestar. Ajustar estas rutinas a lo largo del año facilita la gestión de responsabilidades y energía.
Fortalecer el vínculo con el colegio: es recomendable reforzar su conexión con el espacio educativo. Organizar encuentros con compañeros fuera del aula o fomentar la participación en actividades extracurriculares puede favorecer su integración.
Rescatar experiencias positivas en la escuela: recordar momentos agradables fortalece la motivación y determinación. Destacar logros, amistades y actividades favoritas contribuye a una percepción más optimista de la vida escolar.
Desarrollar habilidades sociales a través del role-playing: simular situaciones como presentarse a otros, participar en clases o resolver conflictos les brinda herramientas para desenvolverse con mayor determinación.
Fomentar técnicas de relajación y mindfulness: enseñar ejercicios de respiración y prácticas de mindfulness ayuda a manejar la ansiedad y el estrés estudiantil. Dedicar unos minutos al día a la relajación puede marcar una gran diferencia en su bienestar integral.
El papel fundamental de la familia
El apoyo del hogar es clave en este proceso. Estar presentes, conversar sobre su día y reforzar cada pequeño logro les da a los niños la confianza que necesitan.
Gabriela Cerna enfatiza que "los padres desempeñan un papel esencial en la adaptación de sus hijos, actuando como co-reguladores de sus emociones. Para ello, es importante validar sus sentimientos, ayudarlos a identificarlos y brindar herramientas para afrontar distintas situaciones".
La especialista también destaca que la actitud de los cuidadores influye directamente en la manera en que enfrentan el colegio. "Si ellos muestran confianza y entusiasmo, es más probable que los menores adopten una postura positiva. En cambio, si perciben preocupación excesiva, pueden sentirse intranquilos".
Otro aspecto relevante es evitar proyectar la ansiedad de los adultos en los más pequeños. "Si están nerviosos, ellos lo percibirán. Es importante transmitirles calma y seguridad", agrega.
La importancia del entorno escolar
El ambiente escolar también juega un papel determinante. Cerna explica que "los profesores, como figuras de referencia, deben fomentar un espacio acogedor que valide las emociones de sus alumnos y alumnas".
Por lo mismo, la comunicación entre familia y docentes resulta clave. "Esta alianza permitirá conducir mejor el desarrollo personal y social de los estudiantes, facilitando su adaptación", concluye.
Un inicio con confianza y optimismo
El año escolar puede presentar desafíos en distintos momentos, pero con el acompañamiento adecuado, paciencia y estrategias efectivas, los padres pueden ayudar a sus hijos a desenvolverse con seguridad y optimismo, creando un entorno propicio para el aprendizaje y el bienestar.
La profesional concluye que "asistir a clases es una oportunidad para que los menores desarrollen nuevas habilidades de este tipo y refuercen su confianza. Con comprensión, comunicación y amor, la familia puede convertir este proceso en una experiencia enriquecedora para todos".
El desafío a lo largo del período académico es que tanto en el hogar como en el colegio se esté cultivando un entorno de confianza, donde los niños puedan expresar sus emociones con libertad y recibir el apoyo que necesitan. La clave está en fortalecer los vínculos, fomentar la autonomía y proporcionar herramientas que les ayuden a afrontar los cambios con resiliencia. Porque, más allá del rendimiento escolar, lo esencial es que cada uno se sienta acompañado y seguro en su proceso de crecimiento.