Es importante considerar que el diseño universal para el aprendizaje (DUA) proporciona un marco valioso para esta tarea, enfatizando la importancia de crear entornos de aprendizaje inclusivos que respondan a la diversidad de necesidades y estilos de aprendizaje. El DUA en su versión 3.0 reconoce la tecnología como un medio poderoso para proporcionar múltiples formas de representación, acción y expresión, y participación, asegurando que todos los niños, independientemente de sus habilidades o antecedentes, tengan acceso equitativo a las oportunidades de aprendizaje.
Para abordar este desafío, es esencial que los padres y cuidadores consideren cinco criterios clave que les permitan hacer un uso responsable y beneficioso de la tecnología cuando sea necesario.
1. Modelado del comportamiento y uso responsable
Uno de los principios fundamentales de la crianza respetuosa es el modelado del comportamiento. Los niños aprenden observando a los adultos, por lo que el uso que los padres hacen de la tecnología es un ejemplo directo de lo que los niños considerarán normal. Es esencial que los adultos demuestren un uso equilibrado y consciente de la tecnología, con diversos fines y utilidades, más allá del ocio. Si los padres están constantemente conectados a sus dispositivos, los niños tenderán a imitar ese comportamiento. “Los hábitos simples, como tener un horario para usar internet, pueden ser fundamentales para enseñar —con el ejemplo— la autorregulación y así evitar que el uso de los dispositivos se superponga con otros momentos, como la cena familiar, el juego o el disfrute" (Estefanell, 2021, p. 17). Por lo tanto, es crucial establecer un ejemplo positivo, mostrando cómo la tecnología puede ser utilizada de manera constructiva y respetuosa, sin interferir en las relaciones interpersonales o en las actividades importantes del día a día.
2. Establecimiento de límites claros y consistentes
La tecnología puede ser atractiva y absorbente, por lo que establecer límites claros y consistentes es esencial para evitar el uso excesivo. Estos límites no solo deben incluir la cantidad de tiempo que los niños pasan frente a las pantallas, sino también el tipo de contenido al que están expuestos. Los límites deben basarse en el objetivo que tiene el uso de esa herramienta digital. Por ejemplo, si el objetivo es aprender un segundo idioma con una aplicación gamificada, el límite podría ser lo que dure una lección o etapa. Para los niños pequeños, las recomendaciones de organizaciones como la Academia Americana de Pediatría (AAP) sugieren limitar el tiempo de pantalla a una hora diaria de contenido de alta calidad para niños entre los 2 y 5 años. Además, es importante crear rutinas que incluyan tiempos y espacios libres de pantallas, como durante las comidas o antes de dormir, para fomentar la interacción social y el descanso adecuado. Establecer estos límites es crucial, ya que "el uso excesivo de los medios puede afectar negativamente la salud mental de los niños y adolescentes" (HealthyChildren.org, 2023).
3. Selección de contenidos educativos y apropiados
El contenido digital al que los niños están expuestos debe ser cuidadosamente seleccionado para asegurar que sea apropiado para su edad y que fomente el aprendizaje y el desarrollo positivo. En la crianza respetuosa, los padres deben elegir contenidos que sean educativos, culturalmente relevantes y que promuevan valores positivos. Según las directrices del DUA 3.0, es fundamental ofrecer múltiples medios de representación y expresión, permitiendo a los niños acceder al conocimiento de maneras que respeten sus intereses y necesidades individuales (CAST, 2024, p. 5).
Es importante evaluar si el contenido digital que se desea utilizar ofrece opciones para ser presentado primero a través de la propia experiencia del niño con su entorno, mediante la exploración, el juego o la colaboración. La interacción directa con el entorno y con otras personas permite que los niños construyan su comprensión de manera activa y significativa, antes de recurrir a una herramienta digital para complementar o enriquecer esa experiencia. Además, se debe considerar si la herramienta digital o tecnológica puede servir como una rampa para acortar una brecha educativa, especialmente en contextos donde ciertos estudiantes podrían necesitar apoyo adicional para acceder al aprendizaje en igualdad de condiciones. Esto asegura que las herramientas digitales no solo refuercen el aprendizaje, sino que también promuevan la equidad y la inclusión en el entorno educativo.
4. Ergonomía y netiqueta
La ergonomía digital se refiere a las prácticas que aseguran que el uso de la tecnología no comprometa la salud física de los niños. A medida que pasan más tiempo usando dispositivos digitales, es crucial enseñarles a mantener una postura adecuada, situar la pantalla a la distancia correcta y regular el brillo y el volumen para evitar problemas como la fatiga visual, el dolor de cuello o espalda, y la sobreexposición al ruido. Es fundamental fomentar la toma de descansos regulares y la alternancia entre actividades digitales y físicas para prevenir problemas de salud a largo plazo. Según un informe de UNICEF Uruguay, "es vital promover un uso equilibrado y saludable de internet, asegurando que los niños y adolescentes puedan disfrutar de sus beneficios sin poner en riesgo su bienestar físico" (UNICEF, 2018).
Además de la ergonomía, es esencial educar a los niños sobre la netiqueta, que son las normas de comportamiento social en línea. Esto implica ser respetuoso y responsable en las interacciones digitales, comprender la importancia de la privacidad y saber cómo manejar el ciberacoso. Estas habilidades son cruciales para que los niños naveguen de manera segura y efectiva en el entorno digital. Como se destaca en PantallasAmigas, "la netiqueta es fundamental para construir una ciudadanía digital responsable y fomentar la ciberconvivencia, haciendo de las redes sociales un espacio más seguro y respetuoso" (PantallasAmigas, 2023).
5. Recomendaciones de expertos
En la crianza respetuosa, uno de los objetivos clave es garantizar que el uso de herramientas digitales contribuya al desarrollo saludable y seguro de los niños. Para ello, es fundamental que los padres se informen adecuadamente sobre las tecnologías que desean introducir en la vida de sus hijos. Esto implica actuar como curadores de contenido, seleccionando cuidadosamente las aplicaciones, juegos y recursos digitales que sean apropiados para la edad y el desarrollo de los niños.
Además, es recomendable que los padres consulten a expertos en educación para conocer los beneficios y riesgos asociados con las herramientas digitales. Estos expertos pueden proporcionar orientación sobre cómo utilizar la tecnología de manera que fomente habilidades esenciales como la autorregulación, la toma de decisiones críticas y el manejo seguro de las interacciones en línea. Al estar bien informados y asesorados, los padres pueden tomar decisiones fundamentadas que promuevan un uso responsable de la tecnología, adaptado a las capacidades y ritmo de aprendizaje de cada niño, y asegurar que todos, independientemente de sus habilidades o circunstancias, puedan participar de manera plena y segura en el entorno digital.
Conclusión
Integrar la tecnología en la crianza respetuosa en el siglo XXI es un desafío que requiere un enfoque equilibrado, consciente y adaptativo. Es fundamental comprender que las herramientas digitales deben ser vistas como un medio para enriquecer las experiencias de aprendizaje, y no como un fin en sí mismas. La tecnología, cuando se utiliza de manera adecuada, puede complementar y ampliar las oportunidades de aprendizaje, pero nunca debe reemplazar la diversidad de experiencias esenciales para el desarrollo integral de los niños.
Es crucial brindar a los niños una variedad de experiencias de aprendizaje que incluya tanto actividades digitales como interacciones en el mundo real. Como se señala en la "Guía para la inclusión de las personas con la condición del espectro autista", "es importante diversificar las estrategias pedagógicas para que todos los estudiantes, independientemente de sus características individuales, puedan participar activamente en su proceso de aprendizaje" (Fundación Apoyo Autismo Chile Epaa, 2020, p. 48). Este enfoque asegura que las herramientas digitales se integren de manera que promuevan la interacción, la participación activa y el desarrollo de habilidades críticas en los niños.
Al centrarse en estos cinco criterios clave y mantener una perspectiva equilibrada, los padres pueden guiar a sus hijos hacia un uso saludable y responsable de las herramientas digitales. Este enfoque no solo protege la salud física y emocional de los niños, sino que también les proporciona las habilidades necesarias para navegar de manera segura y efectiva en un mundo cada vez más digitalizado.
Nota: A lo largo del texto, el término "niños" se utiliza de manera inclusiva para referirse a ambos géneros.
Bibliografía